De todos los colores que alberga la naturaleza , el que
menos esperas encontrarte es el azul . Pero un azul que chirria entre el
silencio más frondoso del monte , el de las mascarillas . Al menos , eso esperamos los que vamos a
disfrutar de una caminata .
Son las 11 de la mañana en Archanda y habré recorrido 4 kilómetros desde que
abandoné Bilbao para internarme entre huertas .
La mirada se pierde entre calzadas de piedras , hasta que
agachas la cabeza “ no puede ser “ ¿ una
mascarilla aquí ? Resulta que nos hemos
topado con una cantidad asombrosa de mascarillas tiradas . Unas cinco , sin
contar otros residuos .
¿ De qué sirve entonces ir al monte a desconectar ? Si no somos capaces de mantenerlo limpio para
que el siguiente que suba disfrute de esa esencia . O vamos más allá .
¿ Es tan difícil depositarlo en un contenedor ? Nunca entenderé que significado tiene el
término “empatía“ para ciertas personas .