Fue la madre prematura , fue el abrigo , el verso , el pan .
Fue el brasero y la lazada a la espalda del delantal más pequeño .
Fue la vecina de alegre metro y medio , que regalaba sardinas y vendía coplas al peso.
No fue la mujer de mi abuelo desconocido , pero sí la madre de mi madre , eso antes de ser mi abuela .
Fue una mujer de Bilbao , la ciudad que se enamoró de ella , fue un amor correspondido.
Y mi abuela volvió a ser el pan recien hecho , el verso de rima consonante , el arrullar en horas en el transistor , el abrigo de baño inagotable .
Mi abuela fue la palabra , y unos pies minúsculos a rastras por el pasillo .
Mi abuela fue la palabra , y la lumbre y la lana .
Mi abuela fue la silla al fresco en la calle Irala .
Mi abuela fue la risa , su mano , arrugada y suave acomodando hacia atrás su pelo .
Mi abuela fue la palabra , y su caminar a oscuras con su mano en tu espalda .
Mi abuela fue la palabra , la misma que le robaron sus últimos días , porque ya no le quedaban más , porque yo creo …… yo creo que debió decirlas todas .
Yo iba a verla un lunes , y el domingo se nos encendió el calendario .
Yo iba a verla un lunes , y se me derrumbó la semana encima de los ojos .
Mi abuela siempre fue la palabra , y yo no quiero dejar de usarla para decir que desde entonces , me sobran todos los lunes me falta la palabra de mi abuela .